divendres, 31 d’agost del 2012

PARTICIPACIÓ i JOVENTUT


Ordenant una mica els arxius del ordinador, per començar setembre amb forces renovades, he trobat un pròleg, introducció … que uns companys i jo vàrem fer per un estudi que una entitat volia.

Finalment, aquest estudi no va sortir endavant, però crec que les reflexions que fèiem en aquesta introducció, són plenament vàlides a dia d’avui.

Según recientes estudios de las Naciones Unidas, en los últimos diez años ha aumentado el reconocimiento de la importancia que tiene la participación de los jóvenes en la adopción de decisiones, y las iniciativas de los gobiernos para hacerlos participar en ese proceso han tenido como resultado una mejor formulación, aplicación y evaluación de la política.

Para tomar parte en los procesos sociales y políticos de su comunidad y para desarrollar predisposiciones favorables a esta participación, es necesario que los jóvenes posean la competencia para descifrar los contenidos, mensajes, discursos y prácticas de la esfera pública, y en este sentido las organizaciones juveniles son importantes en la educación y formación sobre los temas en cuestión (sin olvidarse de los compañeros, escuela, trabajo, y la propia comunidad).

Para generar sentimientos, actitudes y prácticas donde el respeto, la solidaridad y la tolerancia a los “diferentes a mi” sea la norma de relación, es necesario sentirse parte y responsable de una comunidad plural. Aquí las organizaciones juveniles son de suma importancia. Por esa razón, el reconocimiento a estas formas de participación ciudadana y a la creación de condiciones para su desarrollo deben ser un componente fundamental en las políticas de juventud.

La participación de los jóvenes en la adopción de decisiones, por provechosa que sea para la formulación de la política y el desarrollo de los jóvenes, no siempre tiene lugar efectivamente en la práctica. Para que sea eficaz, hay que concretar formas innovadoras de divulgar información, capacitación para facilitar la colaboración intergeneracional y estructuras de organización que acojan nuevas voces. Por ese motivo, a partir del trabajo en organizaciones juveniles, estos jóvenes pueden compartir con claridad el diagnóstico de lo que pasa en la sociedad, no sólo como relatores pasivos de una realidad que los atraviesa, sino como participantes necesarios en la concreción de escenarios de inclusión integral para otros jóvenes.

El hecho de alentar la plena participación de los jóvenes en la elaboración y promoción de programas y políticas relacionadas con la vida que les rodea  les permitirá convertirse en agentes del cambio en sus respectivas comunidades y afectará en forma positiva a toda la comunidad. Al incluir a los jóvenes se refuerza su compromiso con la sociedad y la comprensión de los conceptos que ésta maneja.

En la época en la que nos encontramos, no debemos olvidar las migraciones. Los jóvenes siempre han constituido una parte importante de los migrantes, por lo que resulta necesario que por medio de la educación y la capacitación se den a los jóvenes los conocimientos y la confianza necesarios para participar con éxito en el mercado laboral de sus propios países.

A mediados del siglo XX, las personas de edad, estaban en inferioridad numérica respecto a los jóvenes. Antes de mediados de este siglo estos datos se acercarán y representarán aproximadamente el mismo porcentaje, por ello, el progreso de la juventud será cada vez más un requisito necesario para atender las crecientes necesidades de atención de las personas de edad.

En muchos países, los partidos políticos tienen dificultades para atraer a miembros jóvenes. La apatía respecto de la política y la falta de interés en participar en organizaciones “tradicionales” parece caracterizar a las generaciones de jóvenes de muchos países.

Algunos estudios indican que existe una tendencia cada vez mayor a un cambio de motivación en la afiliación de los jóvenes. La participación de éstos, hoy en día tiende a centrarse en cuestiones concretas y a estar orientada al servicio, por esta razón el presente estudio se realizará no sólo con organizaciones “tradicionales” sino también ante ONL de carácter juvenil que trabajen en el territorio.

El asociacionismo juvenil puede ser una herramienta clave para generar y fortalecer el capital social de cada país.

Los beneficios que aporta el asociacionismo juvenil al desarrollo de los jóvenes son varios y a la vez complejos. Algunos ejemplos podrían ser los siguientes:

·         Las experiencias personales y sociales vividas en los primeros años de vida, suelen ser fundamentales en la definición de un proyecto de vida, en las opciones vocacionales, ideológicas, y de trayectoria laboral o académica.

·         La juventud es por definición una etapa formativa. Los hábitos y actitudes desarrollados en esta etapa suelen ser los más arraigados.

·         Cualquier acción de voluntariado implica conocer y tomar posición frente a una determinada problemática comunitaria o global.

·         La participación en una organización, obliga a los jóvenes a desarrollar competencias comunicacionales más complejas que las empleadas habitualmente.

·         Las organizaciones permiten a los jóvenes adquirir competencias en cuestiones económicas.

·         La opción personal de ser voluntario implica en sí misma la adopción de un conjunto de valores ligados básicamente a la solidaridad y la justicia.